Artículos: Memorias de un "hombre-geisha"

Un "host" llamado Reiji ha convertido el arte de entretener mujeres en la ciencia de hacer dinero.

Takashi Totsuka, de 36 años, es psicólogo, entretenedor y compañero a tiempo parcial y hombre de negocios a tiempo completo. Conocido entre sus clientes como "Reiji", el es uno de los cientos de "hosts" que viven de entretener a mujeres. Puede que sea el más exitoso de este extraño negocio, que genera unos 600 millones de dolares al año desde los 5.000 profesionales concentrados en el distrito tokioita de Kabokicho.

Podríamos llamar a su homólogo del mundo occidental gigoló. En su forma más insípida, esta profesión incluye hombres mayores que hacen las veces de compañeros de baile y de conversación en cruceros, consiguiendo pasajes gratis a cambio de entretener a ricas viudas. En Japón, el trabajo de host compone un negocio discreto pero perfectamente legal, originado en los bares de baile de después de la 2ª Guerra Mundial, pero que tiene sus raíces en el s.III AC., en la emperatriz Himiko, que tuvo 1000 mujeres guardianas y un numero desconocido de hombres-concubina. El trabajo de host ofrece lo último en atención al cliente - en un grado casi tan cómico como es satisfacer cada capricho del cliente.

También es un tinglado complicado: Sólo 2 ó 3 de los 100 que lo intentan seguirán siendo hosts unos meses después de comenzar. Reiji ha estado en el negocio durante 17 años, convirtiéndose en Japón en una celebridad. Con ayuda de sus apariciones en televisión, ha conseguido transformar la imagen de los host clubs, pasando de ser un sucio viaje donde prostitutas buscaban consuelo después del trabajo a ser locales donde respetables mujeres de negocios pueden ir para encontrar un poco de diversión y que les suban la autoestima. Es dueño de 2 clubs, con un ingreso combinado anual de 10 millones de dolares, y trabaja como consultor para empresas que quieren consejo sobre un relativamente nuevo fenómeno - mujeres en el lugar de trabajo.

A Reiji le costó 2 años el convertirse en el host número uno de su club, un ranking mensual basado en la cantidad de dinero que un host consigue hacer gastar a sus clientas. En su punto más álgido, Reiji generó 100.000 dolares de gasto en un mes; el 40% de esto era su comisión. Pero antes, tuvo que hacer el trabajo poco recompensado - contestar al teléfono, llevar toallas calientes, servir bebidas, encender cigarrillos- antes de aprender lo básico. "En el mundo real, que los hombres y las mujeres se entiendan lleva mucho tiempo. En el negocio de los host, tienes que entender a la mujer enseguida, tienes que ajustarte a ellas" explica, "el truco más común es hacerlas sentir que el romance a florecido escuchando con atención como hacen salir sus sentimientos." Otros trucos son leer revistas de mujeres, estar al tanto de los cotilleos de los famosos, investigar los salones de peluquería y dominar el arte de la conversación.

Aunque una factura común en un un host club es de 250$, esta puede ser de muchísimo más alta. Si una clienta descorcha una botella de champán fino de 2.000$, o un brandy especial de 10.000$, todos los hosts del club se juntan alrededor y elogian su generosidad. Pero es una linea muy fina la que separa el persuadir para ser generoso y el aplicar demasiada presión. En vez de hacer gastar en él mucho a unas pocas mujeres ricas, Reiji tiene a muchas haciéndolas gastar poco. "Cuando varias de mis clientas están en el club a la vez, las hago esperar -entonces, irritadas, empezarían a beber. Cuando me doy cuenta de que su botella está a punto de terminar y que pronto tendrán que comprar otra, me presento en su mesa para ofrecer mis disculpas", dice.

Invierte los géneros y los continentes, y tienes lo que los norteamericanos llaman B-girls, mujeres empleadas para inducir a los clientes a que gasten generosamente. En ningún caso el trabajo es sinónimo de prostitución.

Estos días, Reiji deja mucho del trabajo diplomático a sus asistentes junior, que él mismo asigna a mujeres con las que probablemente se lleven bien. Las clientas eligen sus hosts después de 2 ó 3 visitas, y se toma como un arreglo permanente. Si un host diferente intenta interponerse entre otro host y una clienta, es despedido. "Se necesitan reglas muy estrictas para controlar un grupo de jóvenes ambiciosos", explica Reiji.

Incluso los mejores host raramente duran más de una decada. Para no quemarse, Reiji se diversificó, tomando las ondas en la televisión de noche - donde aconsejaba a hombres sobre como ligar- y abriendo su propio club. Esto lo hizo en el distrito tokioita de Roppongi, a un paso del distrito "red-ligth" que es Kabukicho. Ningún comité de bienvenida le recibió. Aunque Reiji es reacio a entrar en detalles, alguien dispararó a nuevo club. Su establecimiento tiene que pagar por protección a la mafia, admite.

Aún así, su club, llamado Dios, que abrió en 1998, ha sido tan exitoso que recientemente [este artículo es del 2004 -NdT] ha abierto un segundo club cerca, para hacer frente al desbordamiento. Para estimular nueva demanda, suprimió la regla de los clubs tradicionales (como en los que trabajaba) de que las mujeres tenían un host designado, bajó los precios y se deshizo de la otrora obligatoria pista de baile y banda de música. Moviéndose en una dirección menos sórdida que sus competidores, ha atraído un nuevo tipo de clientela. Durante una visita a su nuevo club, este reportero (en compañía de una mujer) encontró un grupo de empresarias de unos 20 años disfrutando de algún tipo de celebración relacionada con su trabajo. Una mujer de mediana edad con aspecto cansado y desaliñado y con una expresión de paz descansa su cabeza en el regazo de un joven extremadamente guapo. Otras dos bellas mujeres están sentadas en otras mesas, rodeadas por un grupo de encantadores jóvenes aduladores.

Lejos de sus clubes, Reiji vende su asesoramiento a un puñado de clientes corporativos, incluyendo una empresa de publicidad cuya vieja guardia fue tomada por mentalidad de las jóvenes empleadas. Ahora, las mujeres japonesas son más fuertes y no aceptará los roles tradicionalmente subordinados, explicó a los hombres para que se relajasen. Una cadena de funerarias quería consejo sobre cómo hacer que las mujeres, que generalmente sobreviven a los hombres en Japón, se sienten más a gusto. Reiji hizo hincapié en los pequeños detalles - como no poner la cafetera de forma que los empleados tengan que dar la espalda con frecuencia a la viuda.

¿A dónde va un host o hosuto veterano desde aquí? Reiji está pensando en empezar una linea de cosméticos para hombres. Por ahora, sin embargo, su mayor preocupación es el amor. Su novia durante 8 años le dejó recientemente, y por extraño que parezca, está teniendo problemas para encontrar una nueva. Suspira: "Sé demasiado sobre las mujeres."

En números:
- El entretenimiento de mujeres por hombres es un negocio con 50 años de antigüedad en Japón.
- El ingreso anual de la industria "host" es de 1.4 billones de dólares.
- Hay 12.000 hosts en Japón
- El promedio de facturación por host es de 10.000$ mensuales.
- El número de host clubs en Japón es 700.


Fuente: Forbes

3 comentarios:

  1. Atónita me hallo. Artículos de hosts en Forbes? o_O aunque sea antiguo, he flipado. Es muy interesante la historia de reiji.

    por cierto, si no sabes quien es tsubasa masuwaka googleala ya!

    :**

    ResponderEliminar
  2. Que caña con Reiji. Esto demuestra que si uno se lo curra consigue lo que sea!!!

    Me está recordando un poco al dorama de Teioh ^^

    ResponderEliminar
  3. Buenas, a mi novia y a mi nos gustaría trabajar como hostess/host. Toda ayuda será bienvenida Gracias >.<

    spmaorjl@gmail.com

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu comentario!

Related Posts with Thumbnails