En esta primera entrega visitaremos el Club Love:
[...] Después de cenar, caminamos un rato por Kabukicho para finalmente llegar al Club Love, con sus luces y su tablero - ranking de los mejores host con fotografías de sus caras, en orden descendente. No había nadie, y la larga y enjoyada escalera que llevaba a otra sala con espejos y más luces estaba vacía. Caminamos hasta llegar al final, donde había a un lado una ventana de recepción, y sin preguntas fuimos conducidas ha una sala con candelabros, luces y brillantina. El interior del club era realmente increíble y se me antojó como una exclusiva sala circense. Antes de que hubiésemos terminado de lavarnos las manos con unas toallas calientes, 7 host que pululaban por nuestra mesa sirvieron una botella de shochu mezclada con agua mineral a todo el mundo.
Hablamos sin parar durante las dos horas que estuvimos allí. Había leído algunos comentarios sobre host clubs en internet y en muchas mujeres decían que se sintieron aliviadas de que en los clubs todo fuese más suave de lo que habían imaginado, sin tocar ni hablar sucio. Así que imaginad mi sorpresa cuando empezamos a hablar sobre almohadas sucias, que marcó la pauta del resto de la noche, en la cual "pene" fue la palabra de moda y se bromeó repetidas veces, con insinuaciones sexys y dobles sentidos. El único punto de ruptura real llegó cuando pasada una hora, los host tuvieron que cambiar de mesa y nosotras, otros 7 nuevos hostos. Antes de marcharse, el primer grupo nos dijo que podíamos solicitar a cualquiera que nos hubiese gustado por su nombre y volvería a la mesa sin cargo alguno [pedir un host por el nombre suele costar un suplemento en las siguientes visitas.] Hubo varios del primer grupo que me habría gustado que se quedasen, pero como no sabíamos muy bien lo que hacíamos, acabamos sin pedir ninguno.
Fue interesante ver cuanto difieren un hosto de otro. Tuvimos en nuestra mesa host de ventipocos hasta treinta y tantos, y era claro cuales de ellos tenían más experiencia por donde se sentaban, como llevaban la conversación y como el resto de hostos actuaban respecto a él. Sé que este club en particular cuenta con un amplio rango de host en cuanto a looks y edad [el más viejo tiene 60 años], y en las dos ocasiones que recibimos un nuevo grupo de hosts en nuestra mesa, recuerdo pensar cuán diferentes eran entre ellos [¡y había algunos realmente sexys!] El servicio fue impecable y ahora entiendo porqué ganan tanta pasta. No sólo se trata de la perfecta forma de servir y mantener las copas llenas, encender los cigarrillos o el impecable mantenimiento de la limpieza de la mesa y los vasos, sino que a pesar de mis dudas antes de ir a un club como tres extranjeras con variados niveles de inglés, los host fueron unos auténticos profesionales en el arte de mantener la conversación, y me di cuenta de que aún cuando cambiaban de asiento, ninguna de nosotras dejó de estar hablando con alguno de ellos.
Los hostos nos contaron que los extranjeros casi nunca van allí, pero afortunadamente, la charla no fue saturada de la típica comparación Japón/el extranjero que surge en muchas primeras conversaciones con japoneses. Excepto sobre algunos puntos clave de sobre el sexo y los hombres y mujeres japoneses. Varios de los comentarios hechos por los hostos contradicen lo que escuche de otros chicos [no hostos] japoneses y he de suponer que mucho de lo que mucho de lo que hablamos no habría sido posible con clientas japonesas. Lo que me hace pensar que quizá los hostos también pasaron un buen rato y varios de ellos nos aseguraron que así fue. Pero, ¿os dais cuenta? Ya estoy cayendo en la trampa de creer las palabras bien ensayadas de los agasajadores bellos chicos. Fue difícil no hacerlo, incluso para mi parte esceptica y ahora entiendo [horror!] algunas de las razones que dan las mujeres para ir a host clubs.
Mi favorito de la noche fue un host de unos treinta y pocos, que era una deliciosa mezcla de Johnny Depp y Kimura Takuya. Al oír que era mi cumpleaños, salió y me compró media docena de rosas rojas, que por un momento me preocupó ¡por si los cargaban en nuestra cuenta!
Cuando esta mañana eché un vistazo a mi bolso me encontré un paquete de tarjetas de visita y posavasos con los nombres y teléfonos de los host garabateados en ellos. Las tarjetas de visita son sin duda lo mejor, como host que parecen modelos haciendo pucheros a la cámara y otras con hologramas en el fondo. Cuando algunos de los host me pidieron mi número y el email, traté de escabullirme con tacto, pero al final de la noche fui tan presionada que acabé dándoselo a 2 de ellos. ¿Cómo decir que no cuando un host te pide dulcemente tu teléfono para llamarse al suyo y así tener tu número? Ya he recibido llamadas de ambos pero no he contestado. Como tentación [estoy muy tentada] a contestar y ver que dicen [con fin de investigar, por supuesto], no me dejaré apresar, como han apresado a muchas mujeres japonesas antes que a mi, por los halagos de chicos guapos. Y por si acaso, cuando digo "chicos bellos", no estoy insinuando que sean afeminados, sino todo lo contrario de hecho. Simplemente, me gusta decirlo así.
Más adelante pondré la visita de la geisha de ojos verdes al Club Aqua.
Fuente: "Green-eyed geisha"
Me ha encantado este post!! Espero ansiosa el siguiente! *_*
ResponderEliminara mi igual me encanto este post
ResponderEliminarno se que haria yo <_< creo que caeria facilmente
y dioos! esa chica tiene voluntad
lo que no entendi es si ella hablaba ingles o japo? o_O
en fin
espero con ansias la segunda parte owo!
Wuooo!! Este material es precioso! (Tengo que escribir un trabajo sobre hostos, hostess, geishas y maid cafes para la uni)
ResponderEliminarAdemás de a nivel personal.. e_e
Yo caería directa en la trampa de los hostos T.T
Lo único que me podía salvar es que no tengo pasta xDDDDDDDDDD
Por favor, publica la otra entrada!!